Té turco ¿Cómo se hace?

té turco

Viajar a Turquía es ver maravillosas ciudades y paisajes espectaculares. Pero también es aprender a disfrutar de la vida tal y como ellos lo hacen: de la mano de un té negro y una conversación agradable.

Los turcos y el té negro

Jamás había apreciado verdaderamente el té y todo lo que conlleva hasta que viajé allí. La cultura del té no sólo afecta a la bebida en sí, sino a lo que le rodea.

Un té es una charla, es conocimiento, un momento de relax, es una vía de escape de la rutina, una excusa.

Una excusa para tomarse tiempo con los que comparten contigo el día a día, con los amigos y familia, con un desconocido que se convierte en amigo a través de un vaso de té.

Turquía es el país del mundo que más té consume por persona, por delante incluso de los países de habla inglesa, con una producción de unas doscientas mil toneladas al año.

Comienzan a tomarlo por la mañana, con el desayuno, normalmente otro en el trayecto al trabajo, sobre todo si es en barco. De ahí en adelante renuncio a contarlos.

Té turco
Los turcos y el té

Es habitual ver una zona dedicada al té en oficinas, y las que no la tienen, usan el sistema tradicional: llamada de teléfono al vendedor de té y pago a cuenta o con un ingenioso sistema de fichas.

Si estás de viaje en el país lo comprobarás por ti mismo. Es igual que estés en calidad de turista, por trabajo o que vivas allí. Incorporarás a tu rutina la cultura del té, sin apenas darte cuenta, hasta que forme una parte intrínseca de ti mismo.

Cuando entres en una tienda y el vendedor te ofrezca amablemente un té mientras compras. Cuando vayas a hacer trámites a una oficina cualquiera. Después de comer en un restaurante minúsculo, acompañado de una sonrisa de bienvenida.

Después de cenar con una familia turca, cuando les ves sacar el çaydanlık, o tetera doble donde se cocina el té y un saco enorme de pipas, y te rías escuchando su forma de bromear y de interactuar entre ellos.

No conciben su vida sin té. Y son exigentes con él. No les sirve cualquiera, ni les gusta recalentado. Ni frío. Dejar enfriar un té es impensable.

De dónde viene el té turco

El té comenzó formar parte de la gastronomía turca y a consumirse de forma masiva en Turquía hace tan sólo unos años. Tras la Primera Guerra Mundial, Turquía quedó dividida, y sus territorios repartidos entre las potencias europeas.

Esto condujo a que perdieran el acceso a sus plantaciones de café, y el que podían conseguir alcanzó precios astronómicos.

Plantación de té turco en Rize
Plantación de té en Rize, costa del Mar Negro

De ahí que se vieran obligados a buscar una alternativa al café: el té. Con la República turca apenas creada en 1923, se aprobó una ley en el Parlamento en la que se permitía el cultivo de té en la zona del Mar Negro.

Se pusieron manos a la obra. Comenzaron en los años siguientes con la importación desde Georgia de té negro, aproximadamente unas 70 toneladas, que fueron repartidas entre las diversas plantaciones de la zona costera de Rize.

En los años 40 se fomentó aún más este cultivo, creando una nueva ley que ayudaba económicamente a las familias que se dedicaran a esta actividad.

Y funcionó, Turquía se convirtió así en el país del mundo que más té consume, cultivado en sus propios territorios. Más de 750 millones de metros cuadrados son destinadas en la actualidad a ese cultivo dentro del propio país.

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¿Cómo se hace el té turco?

Los turcos son muy sibaritas con el té. No les gusta frío, o que no sea recién hecho o recalentado. Vamos allá con la receta del té.

Té turco y tetera doble
Çaydanlık

Aquí os voy a explicar la forma de preparar té turco tal y como lo hacen ellos. Claro está, necesitamos ciertos artículos esenciales. Si no disponemos de ellos, siempre podemos prepararlo como cualquier otro té, aunque no conseguiremos el mismo sabor.

Lo primero y más evidente. Necesitamos té turco, es té negro cultivado en Rize.

Y un çaydanlık. es una tetera doble, característica de Turquía, que es la clave para conseguir un sabor auténtico.

En esta tetera doble comienza el proceso del buen té.

  • Comenzamos llenando la parte inferior de agua. En la parte superior de la doble tetera, que suele ser de porcelana para preservar el aroma y sabor del té, echamos una cucharadita de té por persona y la tapamos para evitar perder el aroma del té. Esta parte aún no lleva agua.
  • Se pone al fuego, no excesivamente fuerte, ya que así sólo conseguiríamos que el agua hirviera muy rápido, pero el té se amargara y su nivel de teína aumentase.
  • Una vez que el agua ha hervido, se deja reposar, hasta que ya no esté en ebullición y es entonces cuando se vierte en la tetera superior, a cierta distancia del mismo. Importante: no revolver ni agitar el té pues se amargará. Tapar la parte superior.
  • Se vierte más agua en la tetera inferior y se vuelven a colocar ambas al fuego, siempre a fuego lento, durante 15 minutos, sin que llegue a hervir el agua, ya que si no arruinaremos el té.
  • Consumir en los próximos treinta minutos.

Degustando un buen té

Té turco
Vaso de té turco

Si has tomado té en Turquía, te habrá llamado la atención que se sirva en vasos transparentes y con una forma acampanada muy característica. Pero sobre todo, que esos vasos no lleven asa.

Parece no ser muy buena idea eso del asa, teniendo en cuenta que sirven el té muy caliente. ¿Por qué esos vasos?

Ante todo, son transparentes para que se pueda ver a través de ellos el color del té. Ahora que ya hemos aprendido a preparar té turco, tenemos que saber también que hay varias maneras de tomarlo:

  • demli çay, es té muy oscuro, más fuerte. Normalmente es algo más de medio vaso de té sin diluir y el resto agua, procedente de la tetera inferior.
  • normal çay, un poco menos de medio vaso de té y el resto agua.
  • açık çay, un tercio de té y el resto agua. Es más suave.

El hecho de que no tengan asa, dificulta el poder tomarlo mientras está aún muy caliente. El truco está en servirlo, dejando un centímetro sin llenar en el vaso, para poder cogerlo con dos dedos sin abrasarte.

¿Y la forma del vaso? Es así por su flor nacional, el lale. El tulipán. ¿No sabías que el tulipán es originario de Turquía, no de Holanda? Si quieres conocer más de la historia de esta flor y de por qué aparece en todos los azulejos, pañuelos de seda, cerámicas, etc, pincha aquí.

Estambul con un té

La ciudad se ve, se vive. Y se bebe. Disfrutar de un té en cualquiera de sus rincones es un lujo que deberías permitirte. Ya sea viendo el espectacular paisaje o en un pequeño café perdido entre sus calles, detén tus pasos durante unos minutos y observa, siente la ciudad. Disfruta de un té, de su aroma, de su color. Sujétalo entre los dedos fríos en un día de invierno. Calienta tus manos con él mientras te dejas llevar por la ciudad.

Siéntela, vívela. Bebe con ella.

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